Menos aislamiento, más "diálogo crítico", una política que mantenga las presiones sobre el régimen pero ofrezca soluciones, y la implementación de sanciones con más énfasis "en la negación de recompensas que en castigos", son algunas de las propuestas del Cuba Study Group (CSG) para conseguir una transición pacífica en la Isla.
Su presidente, el empresario cubanoamericano Carlos Saladrigas, ofreció este jueves una conferencia en Madrid en la que expuso el marco estratégico para el cambio que recomienda el grupo.
El CSG reúne a prominentes líderes profesionales y empresariales cubanoestadounidenses interesados en lograr una política más efectiva y multilateral de Estados Unidos hacia La Habana y una transición pacífica de la Isla hacia la democracia.
En la conferencia, auspiciada por el Real Instituto Elcano, Saladrigas insistió en la necesidad de crear un frente multilateral, romper el aislamiento de Cuba y fomentar con el mundo exterior contactos que permitan "el flujo de recursos e intercambios necesarios para la construcción de una sociedad civil". Además, defendió la elección de medidas que "promuevan una transición pactada o reformas", y de posturas que hagan que "el cambio sea posible o al menos más fácil".
Según el análisis del CSG, las posiciones que actualmente prevalecen en ocasiones "fortalecen al régimen" y le dan argumentos para su "inmovilismo"; no facilitan el cambio o están más orientadas a producir uno impuesto, e inflaman las pasiones de los exiliados "alentando el radicalismo y el rencor".
Por otra parte, la política hacia Cuba seguida por Washington, principalmente, ha puesto "demasiado énfasis en las sanciones".
Para el CGS, este tipo de represalias "nunca han servido para cambiar regímenes totalitarios", han sido "inefectivas" sobre todo cuando se han aplicado de forma unilateral, han dañado más a los pueblos que a los gobiernos y han carecido de "fundamento ético" y respeto a los derechos universales.
En el caso cubano, las posturas existentes "están orientadas a procurar un colapso económico en Cuba". El régimen de Fidel Castro las utiliza para distraer la atención de sus ineficiencias y justificar moralmente la represión.
"Una democracia y una sociedad civil no se pueden construir sobre las cenizas de una economía devastada y en la ausencia de recursos y contactos amplios con el mundo exterior", dijo Saladrigas.
A juicio del CSG, el problema está en qué iniciativas tomar "para mantener la presión al régimen por su carencia de legitimidad y sus violaciones de los derechos humanos, mientras se procuran reformas económicas efectivas y se aprovechan nuevos espacios para la creación de una sociedad civil". |