El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), el keniano Samuel Kobia, condenó este jueves en La Habana el embargo que Estados Unidos impone a Cuba desde 1962, tras reunirse la noche del miércoles con Fidel Castro, informó la AFP.
"El bloqueo tiene que ser levantado. Pensamos que ha llegado el momento en que debe ser considerado desde una perspectiva humanitaria y ética", dijo Kobia, en conferencia de prensa en el Aeropuerto Internacional José Martí, poco antes de regresar a Ginebra.
A su juicio, el embargo "tiene que ser levantado, especialmente teniendo en cuenta las nuevas medidas que el gobierno de (George W.) Bush ha tomado" y que limitan el número de veces en que "las familias cubanas pueden reunirse con aquellos miembros que están en Estados Unidos".
El líder del CMI, que representa a más de 400 millones de cristianos en todo el mundo, reveló que él y su delegación se reunieron la noche del miércoles con Castro, con quien sostuvieron una extensa y "muy buena" conversación.
"Dialogamos sobre diferentes temas, entre ellos la relación entre la Iglesia y el Estado. También le solicitamos la posibilidad de construir nuevos templos que faciliten nuestra misión pastoral", señaló Kobia y afirmó que "el gobierno cubano no pone ninguna limitación al desarrollo de las iglesias y apoya la construcción de estas" en la Isla.
Kobia, secretario general de la CMI desde agosto de 2003, es el primer africano que preside esa organización, que tiene su sede en Ginebra (Suiza) y agrupa a más de 340 iglesias cristianas de 100 países.
La Iglesia Católica no es miembro de esa organización, pero mantiene una amplia colaboración con ella.
La delegación del CMI visitó la Isla invitada por el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC).
Dos de los clérigos del CIC, su presidente Pablo Marichal, de la Iglesia Episcopal de Cuba, y el reverendo Raúl Suárez, del Centro Memorial Martin Luther King, de La Habana, son diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Los evangelistas integran uno de los tres grandes grupos religiosos de la Isla, junto a practicantes de cultos de origen africano y católicos.
Representantes de los dos primeros grupos son los que mantienen mejores relaciones con el gobierno de Castro.
La Iglesia Católica, por su parte, suele quejarse de trabas para abrir nuevos templos, acceder a los medios de comunicación y al sistema educativo en la Isla, entre otras demandas. |