Dirigentes de la disidencia interna cubana rechazaron el viernes el nombramiento de un coordinador estadounidense para una transición de la Isla hacia la democracia, por considerarlo una injerencia en los asuntos internos, informó la AFP.

La opinión fue compartida, en declaraciones a la AFP, por los opositores Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y Arco Progresista, así como la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).

"La transición en Cuba corresponde definirla, protagonizarla, organizarla y coordinarla a nosotros los cubanos", opinó Oswaldo Payá, coordinador nacional del MCL y promotor del Proyecto Varela, una iniciativa que demanda una apertura democrática en la Isla.

Si la "intención del título es la solidaridad con el pueblo de Cuba y la preparación para ayudar en la transición que definamos los cubanos, está bien", pero no sustituir lo que es "un derecho legítimo y soberano de nosotros", agregó Payá.

"No tengo dudas en cuanto a las buenas intenciones de quienes tomaron esta decisión, pero ella permitirá al gobierno de Cuba revivir el espantajo de la intromisión en los asuntos internos de nuestro país", dijo el presidente de la CCDHRN, Elizardo Sánchez.

El activista calificó de "contraproducente" la designación "en este momento o en cualquier otro" porque "es inusual en la relación entre Estados soberanos".

"Es algo inapropiado, servirá solamente para que el gobierno de Cuba endurezca aún más sus posiciones tanto en política interna, con un aumento de la represión, como exterior, con un mayor autoaislamiento", añadió Sánchez.

Por su parte, Manuel Cuesta Morúa, portavoz del Arco Progresista, una agrupación de organizaciones que se autodefinen como socialdemócratas de izquierda, manifestó que su movimiento rechaza la designación porque "consuma la injerencia en los asuntos de Cuba".

Este nombramiento "constituye un acto de ataque a la soberanía nacional y al mismo tiempo una humillación, se trata de sustituir nuestra capacidad para determinar lo que debe ser o no debe ser en Cuba. Estamos rechazando esto", agregó.

En una declaración emitida en La Habana, el Arco Progresista afirmó que "con este paso, las autoridades norteamericanas repiten la operación de rescatar al gobierno cubano en momentos en que la situación interna de Cuba está condicionando la necesidad de tomar decisiones estratégicas, de cara a las crecientes demandas populares de cambios significativos en la conducción del país".

"De este modo (…) el gobierno de los Estados Unidos ayuda a desviar la atención de nuestros problemas principales. Una vez más el conflicto entre gobiernos solapa la contradicción entre el gobierno cubano y sus ciudadanos", dijo la agrupación.

"En lo que resulta ser una perfecta contribución al inmovilismo, Washington alimenta de nuevo los pretextos y las razones que las autoridades de la Isla han venido empleando históricamente para deslegitimar, reprimir y encarcelar a los pacíficos luchadores pro democracia cubanos. Ello en el preciso instante en el que esas razones y pretextos constituyen las únicas armas que las autoridades de Cuba pueden esgrimir para intentar frenar la creciente contestación social de los cubanos", añadió el Arco Progresista.

En cuanto a la acogida que dio al nombramiento el exilio cubano en Miami, Cuesta Morúa dijo a la AFP que esa "es la vieja tradición, la vieja actitud de muchos de los representantes de la burguesía cubana de poner en manos de Estados Unidos la solución de los asuntos de nuestro país, cuando debemos ser sólo los cubanos los que definamos esto".

Voceros de la opositora Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), prefirieron no emitir opinión sobre el tema.

El gobierno estadounidense designó el jueves al funcionario del Congreso Caleb McCarry como "coordinador para la transición cubana".

En Miami, la designación de McCarry fue aplaudida, además de por el exilio cubano, por el gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano del presidente George W. Bush.