El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, descartó el viernes una mejoría de las relaciones entre La Habana y el actual gobierno de México.

"La relación con México está afectada, no hay relaciones normales entre Cuba y México, no pueden existir porque (…) México se convirtió en un aliado de Estados Unidos en su campaña contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU", declaró Pérez Roque a la prensa en Panamá, informó la AFP.

El canciller cubano, quien asistió a la IV Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), realizada en Panamá, afirmó que el régimen de Fidel Castro no tiene expectativa alguna de que la relación con México se normalice durante el gobierno de Vicente Fox.

"No puede haber relaciones políticas normales mientras no haya una rectificación en ese sentido, que nosotros realmente ya no esperamos de este gobierno, será para el próximo. Espero que un nuevo gobierno de México retome la senda de la relación respetuosa y cordial entre nuestros países", dijo.

Según Pérez Roque, el hecho de que México haya tardado medio año en nombrar a un nuevo embajador demuestra que la relación no fluye de manera normal.

"El embajador representa al Estado, representa al pueblo de México, y en ese sentido hemos dado el ejemplo, mantenemos a nuestro embajador en México porque hay relaciones históricas y de amistad entre estos dos pueblos", dijo.

México debía nombrar desde enero pasado al sustituto de Roberta Lajous en su embajada en La Habana, pero fue hace unos días que designó a José Piña, actual embajador en Panamá al que el gobierno cubano ya dio su beneplácito. El nombramiento aún debe ser ratificado por el Senado mexicano.

En la última sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, México votó en favor de una resolución sobre la situación en la Isla.

Además de la disconformidad que en los últimos años ha suscitado el voto de México en esa comisión, la relación bilateral llegó a su peor momento en 2004, cuando el empresario mexicano, Carlos Ahumada, involucrado en casos de soborno a miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) huyó a Cuba.

La Habana deportó al empresario y publicó una declaración en la que afirmó que el caso tenía serias implicaciones políticas en México.

El gobierno de Fox acusó al de Castro de intromisión en sus asuntos internos, retiró en mayo a su embajadora en la Isla, ordenó la salida del representante cubano y afirmó que diplomáticos cubanos y miembros del Partido Comunista de Cuba habían realizado actividades "inaceptables" en territorio mexicano.

La situación, que ha sido la más tensa en más de 100 años de vínculos, se mantuvo durante casi dos meses, hasta que ambos gobiernos decidieron el retorno de los embajadores a sus puestos.