El opositor cubano Oswaldo Payá dijo este martes estar "constantemente amenazado" por agentes del gobierno cubano y que, en su opinión, "actualmente hay grandes probabilidades" de que le maten.

Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación, piensa que su vida depende de una "decisión" de Fidel Castro, según declaró al diario francés Le Figaro.

"Tengo dos puestos de vigilancia de la policía frente a mi casa", dijo el disidente, y denunció que con frecuencia recibe llamadas telefónicas amenazadoras. "Tu hora llegará", le han dicho sus interlocutores.

"Para Castro, sólo es ya una decisión por tomar", afirmó Payá en referencia a sus temores de ser asesinado. "La única verdadera cuestión es saber por qué todos los que luchan aquí pacíficamente son condenados como terroristas", agregó.

Según el opositor, de los 75 disidentes que el gobierno de la Isla condenó en abril de 2003 a penas de hasta 28 años de cárcel, 50 son activistas del Proyecto Varela, iniciativa impulsada por Payá y que pide la celebración de un referéndum para que los cubanos se pronuncien sobre propuestas de cambios a favor de mayores libertades civiles, una amnistía para los presos políticos y la elaboración de una nueva ley electoral.

"Nuestro programa comporta una gran dimensión social. Queremos, por ejemplo, conservar un sistema de salud pública", que si bien hoy no funciona, "es uno de los aspectos positivos de la herencia", manifestó, según informó EFE.

Asimismo, debe continuar la gratuidad de la enseñanza, pero la escuela debe dejar de ser "un instrumento de embrutecimiento por la propaganda".

Además, "queremos la libertad económica pero no privatizaciones frenéticas", agregó Payá, tras considerar que si el proceso de transición no comienza a organizarse ya, con un gran diálogo nacional, "será el caos o una transición inaceptable cuando muera Castro".

El disidente recordó que, a pesar de la represión, unas 24.000 personas han firmado el Proyecto Varela. "Para este régimen totalitario, estos millares de personas capaces de decir: 'ya no tengo miedo' son insoportables".

"Castro siempre quiso todo el poder toda su vida y cree ser absolutamente necesario", añadió.

"Yo no me sitúo dentro de ninguna ideología, pero la verdad es que Cuba se ha convertido en un país dirigido por una oligarquía de algunas familias que controlan todos los poderes. Muy ricos, viven en las antiguas moradas de los notables del régimen de Batista y reinan despóticamente" sobre el resto de la población, marginada y empobrecida, afirmó.

Cuba, recalcó, "no es la izquierda sino la dictadura de una oligarquía. Todos los grupos, —tres generaciones de nuevos aristócratas— que acompañaron a Castro defienden ahora sus intereses y quieren conservar el poder".

En su opinión, Estados Unidos ha llegado a un equilibrio con el régimen, pues mientras Washington consigue evitar un éxodo masivo de cubanos a la Florida, el dinero de los exiliados cubanos en Miami se ha convertido en la primera fuente de recursos para el gobierno de la Isla.

Payá dijo sentirse "protegido por la actitud europea", aunque criticó a países como Bélgica, Austria, Grecia y Portugal, los cuales, a juicio del disidente, "dan la impresión de que sus relaciones diplomáticas con el gobierno de La Habana están por encima de la violación brutal de los derechos humanos en Cuba".