En el segundo día de juicios sumarios contra disidentes continuaron confirmándose las severas solicitudes de prisión de la Fiscalía cubana para los 78 procesados.
El viernes fueron juzgados los periodistas independientes Raúl Rivero y Ricardo González Alfonso, que enfrentan una petición de 20 años de cárcel. Tal y como sucedió el jueves, se destaparon varios agentes del gobierno de Fidel Castro que espiaban entre los miembros de la oposición.
Uno de ellos era Manuel David Orrio, que en el juicio testificó como el agente Miguel. Orrio presidía la Federación de Periodistas Cubanos y fue el principal organizador del taller de ética que los periodistas independientes realizaron el 14 de marzo en la residencia del jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, James Cason.
Otro encubierto del gobierno era Néstor Baguer, en los juicios el agente Octavio. Baguer colaboraba en la revista disidente De Cuba de la que González era director, y Rivero, asesor.
Las autoridades sólo permitieron la entrada al juicio a Blanca Reyes, esposa de Rivero y Álida Viso, esposa de González. El resto del público fue aparentemente escogido y estuvo integrado por personas sin relación con los acusados.
Reyes relató que Orrio se presentó como un satisfecho militar que trabajaba de encubierto desde 1992. "Yo quería seguir en los órganos de la Seguridad y el periodismo independiente, pero el alto mando me dijo que ya, y yo soy un militar de honor y me retiro", dijo el agente.
Rivero y González fueron acusados de "desacreditar" al "sistema de gobierno cubano, sus instituciones, sus dirigentes y sistema social, con la finalidad de aglutinar algunos contrarrevolucionarios que se prestaran a actuar en correspondencia con los fines del gobierno de EE UU".
Además, de "difundir falsas noticias para satisfacer los intereses de sus patrocinadores del gobierno norteamericano".
Rivero, poeta y periodista, es fundador y director de la agencia independiente Cuba Press, y vicepresidente regional de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En su contra, la fiscalía utilizó sus colaboraciones con publicaciones que la Habana considera "subversivas"; entre ellas, el diario digital Encuentro en la Red y la revista Encuentro de la Cultura Cubana.
También se acusó a Rivero de trabajar "a sueldo" para la organización de defensa de la libertad de prensa en el mundo Reporteros sin Fronteras, a la que el gobierno cubano considera una agencia francesa "de carácter subversivo"; y escribir para los diarios El Nuevo Herald, de Miami, Le Monde, francés, y el español El País.
Según Reyes, una de las evidencias presentadas por la Fiscalía para demostrar los contactos de Rivero con "enemigos" de Cuba, fue una foto del poeta con el presidente del gobierno Español, José María Aznar, tomada durante una Cumbre Iberoamericana celebrada en la Isla.
Como había ocurrido en los juicios del jueves, el de Rivero y González se realizó a puertas cerradas. No se permitió el acceso de periodistas extranjeros ni de diplomáticos acreditados en la Isla.
Los procesos sumarios continuarán hasta el lunes. La fiscalía pide para los encausados penas que van desde los 10 años de cárcel hasta la prisión perpetua. El martes deberán conocerse las primeras sentencias. Hasta ahora todo parece indicar que se confirmarán las peores predicciones. |