Brasil es el segundo país más importante de las Américas y su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, se deleita con ello. Una activa política exterior —centrada en ganar una mayor influencia para el otrora Tercer Mundo— está ampliando el perfil de Brasil en la arena internacional. Lejos quedan los días en que el introvertido gigante permanecía al margen.

Presidente brasileño Lula da Silva.

De hecho, Lula está añadiendo logros a los alcanzados por Fernando Henrique Cardoso, quien ya había plantado la semilla de la defensa del Tercer Mundo. A principios de 2001, por ejemplo, Cardoso desarrolló una fuerte crítica al Tratado de Libre Comercio de las Américas en la cumbre celebrada en Québec; y más tarde, ese mismo año, José Serra —su ministro de Salud, que perdiera las elecciones frente a Lula en 2002— abogó con éxito a favor de permitir las exportaciones de medicamentos genéricos a los países más pobres en la reunión ministerial de la Organización Internacional del Comercio, celebrada en Doha. Los futuros presidentes, probablemente, sacarán provecho de la política exterior que viene desarrollando Lula.

Comercio y libre comercio

Desde el inicio de la nueva administración, en 2003, Itamaraty —el Ministerio de Asuntos Exteriores brasileño— probó fuerzas en su aspiración de alcanzar mayor prominencia en la arena internacional. Y Lula, sin cesar, intentó ganarse aliados que apoyaran su visión de un mundo más equilibrado, para lo que cuenta con el G-20 —un grupo de naciones en su mayoría de desarrollo medio—, que así lo demuestra.

Brasil, China, Sudáfrica e India encabezan el G-20 en las negociaciones con la Organización Internacional del Comercio sobre el difícil tema de los subsidios agrícolas de los países más ricos. En junio pasado, Brasil desempeñó un papel decisivo en la estructuración de un nuevo marco de organización de estas negociaciones y, recientemente, nominó a su embajador ante esta organización para su presidencia, a mediados de 2005.

El comercio es la palanca central de la política exterior brasileña. Pero comercio y libre comercio son temas muy diferentes, a pesar de lo cual Brasil copreside las conversaciones sobre el ALCA con Estados Unidos, mientras busca también un acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay).