Por el Diccionario de la Lengua Española se podría calificar como inaudito, monstruoso, extremadamente vituperable. En la jerga cubana, habría que decir que este asunto de las Naciones Unidas y los derechos humanos se ha convertido en un verdadero relajo.

Bolaños (izq.), embajador en México: ¿artífice del nuevo estatus de Cuba en la CDH?

Nada menos que los once países de América Latina que forman parte de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) designaron a Cuba para integrar el "grupo de situaciones" de Naciones Unidas.

Se trata de una especie de "tribunal" que evalúa las denuncias presentadas contra países por otros gobiernos, Organizaciones No Gubernamentales (ONG), e incluso particulares. El "grupo de situaciones" decide cuáles de estas denuncias son admitidas y si deberán ser tratadas por la CDH de manera pública o confidencial.

Además de Cuba forman este grupo Holanda, Zimbabwe, Hungría y China. Si tomamos en cuenta que tanto en Zimbabwe como en China los derechos humanos son violados de una manera sistemática, queda en evidencia que la correlación de fuerzas en el "tribunal" se inclina a favor de los regímenes totalitarios o de partido único. Es como colocar a los lobos para cuidar de las ovejas.

Por el momento, parece que este "grupo de situaciones" deberá pronunciarse acerca de unas 85 denuncias.

Resulta interesante señalar la composición de los once países latinoamericanos que forman parte este año de la CDH: Argentina, Brasil, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y Perú.

Aunque la representación por regiones se supone que va rotando cada año, resulta significativo que el régimen de La Habana se las arregle para situarse casi siempre como miembro permanente de la CDH.

Este año, las sesiones de la Comisión de Derechos Humanos están previstas para comenzar el 14 de marzo y las deliberaciones deben extenderse hasta el 22 de abril.

Si se analiza la composición del grupo latinoamericano, el régimen de La Habana cuenta de partida —en caso de que se discuta una resolución relativa a la violación de derechos humanos en Cuba o el simple pedido del envío de un relator para estudiar este asunto en el terreno— con la simpatía o la neutralidad de algunos países, concretamente la casi segura abstención de Argentina, Brasil y Paraguay.