El gobernante Partido Popular (PP) español calificó de "injustas" y "falsas" las acusaciones vertidas por Fidel Castro contra José María Aznar, durante la celebración en Santiago de Cuba del aniversario 50 del frustrado asalto al Cuartel Moncada.

Castro llamó a Aznar personaje "de estirpe fascista". De acuerdo con el diario La Razón, el portavoz de Asuntos Exteriores del PP en el Congreso de los Diputados, Gustavo de Arístegui, replicó que "nadie puede dudar de las credenciales democráticas" del jefe del Ejecutivo español.

El portavoz dijo que "lo único que ha hecho el Gobierno es cumplir con sus deberes dentro de la UE".

"Cuando se han producido excesos, abusos y juicios sumarísimos, lo hemos denunciado, y así lo seguiremos haciendo (…) desde la más absoluta prudencia y equilibrio", agregó.

Arístegui afirmó además que Castro no puede permitirse dar "lecciones" a la Unión Europea (UE), a la cual calificó como "el club más exclusivo del mundo" en cuestión de "democracia".

Por su parte, el diario El Mundo, segundo en importancia y circulación en España, dijo en un editorial que "lo más lamentable del nuevo acaloramiento del mandatario cubano es que tendrá consecuencias nefastas para su pueblo".

En su discurso, Castro arremetió otra vez contra los Quince y dijo que su gobierno "renuncia a cualquier ayuda o resto de ayuda humanitaria que puedan ofrecer la Comisión y los gobiernos de la Unión Europea".

El Mundo señala que al renunciar a toda la ayuda oficial proveniente de la Unión Europea, Castro impedirá la llegada de "auxilio humanitario que ha supuesto 145 millones de euros en los últimos diez años".

El rotativo recuerda al gobernante cubano que "la renta per cápita de Cuba es diez veces menor que la de los europeos y que la UE es hoy el principal socio comercial de Cuba, su principal fuente de inversión extranjera, su primer proveedor de turistas y su mejor socio en la cooperación al desarrollo".

Concluye el editorial con la afirmación de que la Isla "debe convertirse cuanto antes en un país democrático normalizado, donde la palabra libertad no sea un simple eufemismo retórico de un déspota cruel e iluminado".