www.cubaencuentro.com Lunes, 19 de julio de 2004

 
   
 
El éxodo de 1994 influyó en el trato que Washington da a los inmigrantes cubanos
 

El éxodo masivo del verano de 1994 influyó en el trato legal que Estados Unidos da a los inmigrantes cubanos, dijeron el viernes expertos que participaron en la conferencia Los balseros diez años después: ¿no están a la deriva?, realizada en Miami.

Académicos, funcionarios estadounidenses y balseros asistieron al evento, organizado por la Universidad de Miami (UM), la Universidad Internacional de Florida (FIU) y la St. Thomas University, diez años después de que unos 35.000 cubanos se lanzaran al mar para intentar alcanzar las costas de Florida, en un hecho que es recordado como la "crisis de los balseros".

Desde entonces, el estatus de los cubanos ha "sufrido una serie de mutaciones", dijo Guarioné Díaz, presidente del Consejo Nacional Cubano Americano y ex enlace civil entre Washington y la base naval estadounidense en Guantánamo, informó EFE.

"Guantánamo marcó una fecha en cuanto a estatus de los cubanos: primero eran refugiados, luego cuando el (éxodo del) Mariel se les dio el título de entrantes con un nivel menor, y a Guantánamo llegaron ya como emigrantes", explicó Díaz.

Según Lisandro Pérez, director del International Migration Iniciative de la FIU, los balseros que las autoridades estadounidenses decidieron enviar a Guantánamo tras interceptarlos en el mar, integraron el primer grupo de cubanos que realmente "se dice que no son bienvenidos por Estados Unidos".

Washington "tenía la política de darle la bienvenida al inmigrante cubano, sucedió inclusive durante el Puente Marítimo del Mariel, cuando el presidente Jimmy Carter dijo bienvenido a todos, aun cuando hubo una reacción muy negativa en el país", puntualizó en declaraciones que cita EFE.

Agregó que "en 1994, con la experiencia del Mariel, el ex presidente Bill Clinton dijo que estas personas no iban a entrar a Estados Unidos, pero eventualmente ingresaron porque no había otra solución sobre qué hacer con ellos. Esa migración llegó en condiciones legales y políticas más adversas".

A la conferencia, que concluyó el sábado, asistieron también balseros que abandonaron Cuba entre 1993 y 1994.

Jorge del Río, de 39 años, salió de la Isla el 19 de agosto de 1994, pasó tres días en el mar y estuvo un año en Guantánamo. Considera que no hay diferencias entre los balseros de 1994 y los actuales porque, a su juicio, todo aquel que sale de un país con un régimen totalitario es un refugiado político.

"En Cuba para comerse un pedazo de pan te buscas un problema económico. Creo que muchas personas no saben expresar eso, pero el que sale de una nación comunista es un refugiado político", enfatizó.

Del Río se manifestó en contra de las nuevas medidas que endurecen el embargo de Estados Unidos a Cuba y consideró que una política de apertura hacia La Habana "sería mucho más efectiva".

"El pueblo cubano debe ver al gobierno de Estados Unidos como la parte que resuelve los problemas, el que ofrece la esperanza y el futuro. No el que impone condiciones", añadió.

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