Fidel Castro dijo este jueves que su gobierno está dispuesto "a favorecer" la actividad de las iglesias" católicas, pero "la actividad legal y leal", según recalcó.
El gobernante afirmó que "en los últimos tiempos han disminuido las tensiones" entre la Iglesia Católica y el Estado, informó la AFP.
Castro aseguró que no guarda rencor al arzobispo de Santiago de Cuba, Pedro Meurice, quien durante la visita del recién fallecido Papa Juan Pablo II a la Isla, en 1998, pronunció fuertes críticas a la situación en el país, informó AFP.
"No le guardamos ningún rencor a ese arzobispo, quiero hacerlo constar (…) Nosotros estamos dispuestos a olvidar", agregó en un discurso transmitido por la televisión oficialista, referido fundamentalmente al Sumo Pontífice y a su visita a Cuba.
"Nuestro pueblo es respetuoso de la autoridad y le gusta el orden, pero necesita aprender a desmitificar los falsos mesianismos", dijo Meurice el 24 de enero de 1998, en su saludo al Papa, antes de comenzar la misa en la Arquidiócesis de Santiago de Cuba con la presencia de Juan Pablo II y de Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas y hermano del gobernante.
"Este es un pueblo que ha luchado largos siglos por la justicia social y ahora se encuentra, al final de una de esas etapas, buscando otra vez, cómo superar las desigualdades y la falta de participación", agregó el arzobispo.
"Cuba es un pueblo que tiene una entrañable vocación a la solidaridad, pero a lo largo de su historia ha visto desarticulados o encallados los espacios de asociación y participación de la sociedad civil, de modo que le presento el alma de una nación que anhela reconstruir la fraternidad a base de libertad y solidaridad".
Meurice dijo querer presentar al Papa a "todos aquellos cubanos y santiagueros que no encuentran sentido a sus vidas, que no han podido optar y desarrollar un proyecto de vida por causa de un camino de despersonalización que es fruto del paternalismo".
"Le presento, además, a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología. Son cubanos que, al rechazar todo de una vez, sin discernir, se sienten desarraigados", afirmó el arzobispo.
Castro, quien el lunes pasado asistió a la misa fúnebre en honor al Sumo Pontífice que ofició el cardenal Jaime Ortega en la Catedral de La Habana, aseguró que en 1998 "ni el Papa ni el cardenal" sabían con anterioridad lo que iba a decir monseñor Meurice.
Recordó que para la visita papal viajaron a Cuba tres asesores del entonces senador estadounidense Jesse Helms, impulsor de la ley Helms-Burton de 1996, que endureció el embargo de Washington a la Isla.
Dijo que entre los tres asesores, estaba el actual secretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos, Roger Noriega, a quien calificó de "bandido" y "sinvergüenza".
Castro aseguró que Meurice pidió una entrevista con José Ramón Balaguer, alto funcionario del Partido Comunista, para contarle que Noriega lo había visitado en Santiago de Cuba, antes de la misa. |