AFP/ La Habana. Esposas, madres y hermanas de disidentes cubanos condenados el mes pasado a severas penas de cárcel conmemoraron el domingo el tradicional Día de las Madres asistiendo a una misa en La Habana y pidiendo la libertad de sus familiares, en una protesta cívica que terminó sin incidentes.

Esposas y familiares de disidentes, Día de las Madres.

Mientras, los medios oficialistas de comunicación dedicaron sus homenajes a las madres de cinco cubanos enjuiciados y encarcelados en Estados Unidos por sus actividades de espionaje para el gobierno de La Habana.

Una treintena de mujeres, familiares de los 75 opositores sentenciados a principios de abril a penas de entre 6 y 28 años de prisión por supuestas acciones para subvertir la revolución y a favor de Estados Unidos, oraron por sus allegados en la parroquia de Santa Rita, patrona de los milagros imposibles, ubicada en un barrio residencial de la capital.

"Venimos a orar aquí porque nuestra vida se ha transformado en un imposible", explicó Gisela Delgado, esposa del dirigente opositor Héctor Palacios, condenado a 25 años de reclusión tras ser sometido a un juicio sumario donde se le acusó, como al resto de los procesados, de ser "mercenario a sueldo de Washington".

Varias de las participantes iban vestidas con blusas blancas y collares o pañuelos negros anudados al cuello, y recorrieron en silencio un centenar de metros por una calle aledaña a la parroquia hasta dispersarse en orden, bajo la vigilancia de decenas de agentes de la Seguridad del Estado vestidos de civil desplegados en el lugar.

Junto a Gisela Delgado, encabezaron la procesión Miriam Leiva, esposa del economista Oscar Espinosa Chepe, condenado a 20 años de prisión, a pesar de sus graves problemas de salud; y Blanca Reyes, esposa del poeta y periodista Raúl Rivero, sentenciado a 20 años.

Una anciana que acompañaba al grupo iba con su mano en alto, enseñando la "V" de la victoria, y pidiendo "libertad para los presos políticos", mientras el resto de las manifestantes se mantuvo en silencio, comprobaron periodistas de la AFP.

La parroquia de Santa Rita, sede además de la Conferencia Episcopal de Cuba, ha sido durante años el escenario escogido por familiares de opositores encarcelados, para efectuar manifestaciones pacíficas en demanda de su liberación.