AFP/ Washington. La Organización de Estados Americanos (OEA) se dividió casi por la mitad el lunes en la votación de un proyecto que expresaba "profunda preocupación" por el deterioro de los derechos humanos en la Isla.
La iniciativa, presentada por Canadá, Chile y Uruguay, no pudo ser aprobada al chocar con la oposición de Venezuela, Brasil y los miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom).
México y Guatemala dejaron constancia de que reconocen la universalidad de los derechos humanos y la obligación de La Habana de respetarlos, pero declinaron acompañar el proyecto por considerar que el Consejo Permanente de la OEA no es el foro apropiado, debido a la ausencia de La Habana para defenderse.
No obstante, la declaración fue apoyada por Estados Unidos, Argentina, Bahamas, Costa Rica, Colombia, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú.
República Dominicana y Haití permanecieron callados durante el debate; y Colombia, que inicialmente tuvo la misma posición de México y Guatemala, respaldó la versión final una vez que ésta quedó registrada en actas como la declaración de los 16 países que se adhirieron a ella.
El texto expresa "profunda preocupación por el grave deterioro de la situación de los derechos humanos en Cuba durante marzo y abril de 2003, evidenciado por arrestos y severas condenas a más de 75 ciudadanos cubanos que habían participado en actividades políticas pacíficas, así como el juicio y ejecución sumaria de tres personas el 11 de abril, en contravención de las garantías mínimas del debido proceso".
Los 16 países reafirmaron "la plena vigencia de las obligaciones y compromisos internacionales contraídos por los Estados Parte en la Carta de la OEA y en los instrumentos jurídicos interamericanos y universales de derechos humanos".
Reiteraron especialmente "las obligaciones vigentes para el gobierno de Cuba de respetar y garantizar los derechos emanados de la Carta de la OEA, de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y de los principios y normas de carácter universal en materia de derechos humanos".
El texto solicita a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos "que continúe examinando la situación de los derechos humanos en Cuba, en particular los sucesos aludidos precedentemente, e informe de ello al Consejo Permanente y a la Asamblea General".
Los firmantes expresaron su voluntad "de promover —en el ámbito de la OEA— acciones conducentes a un diálogo amplio y constructivo en relación a Cuba, que pueda contribuir a la integración de todas las naciones en un hemisferio democrático.
El embajador de Estados Unidos en la OEA, Roger Noriega, dijo después del debate que este fue "un día muy importante".
"Una amplia mayoría de los países latinoamericanos, además de Estados Unidos y Canadá, han expresado fuerte preocupación acerca de la situación de los derechos humanos en Cuba, y puesto en marcha un debate sobre cómo esta organización puede apoyar mejor una transición democrática en Cuba", dijo.
Noriega sostuvo que el Consejo Permanente sí es un foro competente para debatir el tema de Cuba, y apuntó que lo que no podía hacer la OEA era "quedarse callada ante lo que está ocurriendo" en la Isla. |