AFP/ Washington. El presidente estadounidense George W. Bush se reunió el martes con 11 disidentes, ex prisioneros políticos y familiares de opositores cubanos encarcelados el mes pasado en la Isla, y les prometió que seguirá apoyando a la disidencia para poner fin al gobierno de Fidel Castro.
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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el exiliado cubano Mario Chanes de Armas. |
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"Mi esperanza para el pueblo cubano es que pronto puedan gozar de las mismas libertades y derechos que tenemos todos nosotros. No hay lugar para dictaduras en las Américas. Que Dios bendiga a los cubanos, quienes luchan por ser libres", dijo Bush en un mensaje que leyó en español por Radio Martí, al conmemorar el 101 aniversario de la independencia cubana.
Uno de los temas de la reunión fue una eventual invasión o ataque estadounidense a Cuba, descartado por ambas partes, dijo a periodistas el secretario de Vivienda estadounidense Mel Martínez, de origen cubano, quien participó en el encuentro.
"Muy claramente se habló que eso era algo que no se contaba como las opciones que teníamos en la mesa; no se debe pensar que acciones militares es lo que se contempla sino que estamos hablando de todo el rango de opciones políticas y civiles", principalmente la asistencia a la sociedad civil, añadió.
Tras expulsar la semana pasada a 14 diplomáticos cubanos por presuntas actividades de espionaje, Washington estudia cómo responder al reciente encarcelamiento de 75 disidentes con penas de hasta 28 años de cárcel y a la ejecución de tres secuestradores de una lancha que intentaban escapar de Cuba.
"No vamos a dejarnos presionar para difundir nada. He dicho a alguna gente que quizás no estemos listos para difundir un documento. Quizás sólo adoptemos una serie de acciones", dijo un alto funcionario estadounidense que pidió el anonimato.
"Nuestro objetivo es muy simple: acelerar el establecimiento de un gobierno democrático en Cuba que respete los derechos humanos", añadió, rechazando que la comunidad cubanoamericana de Miami esté dividida sobre medidas a estudio como suspender el envío de remesas a Cuba o los vuelos directos entre los dos países.
"Todo se está contemplando. Todo menos las acciones violentas", sostuvo.
"Nosotros no queremos que los marines invadan Cuba, solamente queremos que no nos aten las manos, porque hay cubanos, señores, que están dispuestos a dar su vida por Cuba", dijo llorando otra de las participantes en el encuentro, Isabel Roque, hermana de la disidente Martha Beatriz Roque, condenada el mes pasado a 20 años de cárcel.
"Tengan la seguridad que este presidente sí está a nuestro lado. Pedimos también la ayuda del mundo, de la Unión Europea, porque sólo el gobierno norteamericano no puede resolver el problema de Cuba", añadió Roque, que vive en Miami.
"Nuestro llamado fundamental fue pedirle apoyo al movimiento opositor dentro de Cuba", indicó Ramón Colas, uno de los fundadores del Proyecto de Bibliotecas Independientes de la Isla, que el gobierno de Castro considera subversivo.
"Un lápiz, se lo dije al presidente, es importante para el movimiento opositor", indicó, señalando que esperan el envío de cuadernos, libros sobre democracia y aparatos de "radio, fax, computadoras" para los disidentes. |