2002 fue declarado por la UNESCO año Wifredo Lam (Villa Clara, 1902-París, 1982), y bajo el auspicio de esta institución se han realizado desde entonces una serie de  celebraciones por el centenario del nacimiento del más universal de los pintores cubanos.

Desnudo de mujer con las manos en alto (Wifredo Lam).

El Centro Wifredo Lam de La Habana expuso recientemente Imágenes desde el grabado, una muestra que reúne veinte obras pertenecientes a las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y a la familia Castillo-Vázquez. A las conmemoraciones que por este motivo también realizó Francia, ahora se suma España con la exposición Cartografía íntima, que acoge el Círculo de Bellas Artes de Madrid, sitio donde en 1932 Lam presentara su segunda exhibición en España.

El pintor llegó a Madrid en 1923, con una beca del Ayuntamiento de Sagua la Grande (su pueblo natal, en la antigua provincia de Santa Clara) para estudiar arte en Europa. Su idea era instalarse en París, cuna de las vanguardias artísticas por aquel entonces, pero estuvo en España hasta 1938, coincidiendo con la guerra civil, en la que combatió como miliciano de la República. En España vivió por más de catorce años, y se relacionó primero con la tradición pictórica académica y luego con el arte y la intelectualidad española más vanguardista. Durante ese lapso de tiempo, Lam sufrió el durísimo golpe que significó la pérdida de su mujer y de su hijo, enfermos de tuberculosis.

Precisamente, Cartografía íntima abre con obras de la década del treinta. Desnudo de mujer con las manos en alto, una tempera sobre papel fechada en 1937, viene a representar dentro de la exposición ese período creativo de su vida, junto a otros tres cuadros, entre ellos Desnudo de mujer sentada (1938).

Son obras de pequeño formato que, en su mayoría, recurren a la técnica de tempera sobre papel. Ya desembarazado de las influencias académicas de los maestros españoles de épocas anteriores, Lam se va acercando a las conquistas expresivas de las vanguardias europeas en obras como la de Cézanne o Paul Klee.

Los otros dos segmentos de la exposición están formados por cuadros de la década del cuarenta y del cincuenta. En Máscara y en Torso, ambas de 1940, se puede apreciar el contacto directo de Lam con la cultura africana, el estudio de su pintura y escultura, así como el proceso de síntesis pictórica cultural entre el canon occidental y el africano que se va gestando en su trabajo. Un proceso que la exposición descubre en su recorrido cronológico, iniciado con las obras de principio de los cuarenta, antes citadas, hasta llegar a Figuras y rectángulo con sol (1947) y Dos figuras (1949). En estas últimas destaca la madurez de su lenguaje pictórico, además del empleo de códigos de expresión sintética en su poética visual y discursiva. Todo ello está basado en la crítica de la tradición pictórica europea y su asunción ideológica como artista latinoamericano y caribeño, lo cual refleja la investigación y el análisis realizado en la construcción espacial y semántica de un estilo propio.

El segmento de obras más numeroso es el correspondiente a la década del cincuenta, con un total de 32 cuadros. Son piezas de un artista en plenitud expresiva y connotan las conquistas formales de las vanguardias europeas. Lam es, indudablemente, gestor y privilegiado protagonista de esta corriente, que asimiló a un capital simbólico cuyo origen está ligado a sus raíces afrocubanas. En esta conjunción de rasgos artísticos, culturales e ideológicos —construidos a partir de las singularidades ideoestéticas presentes en su quehacer artístico— es donde radica la originalidad de su obra.

La muestra Cartografía íntima (2003), comisariada por Xosé Luis Canido y José Manuel Noceda, crítico e investigador del Centro Wifredo Lam, cuenta con un excelente catálogo del artista que incluye textos de los curadores y de la directora de este centro, Hilda María Rodríguez Henríquez. En él destacan además una reveladora entrevista realizada por Gerardo Morquera a Lam, y un artículo del propio artista sobre su visión de Picasso. Se han insertado también trabajos de María Zambrano, Pierre Mabille, Benjamín Péret, Aime Césaire, André Breton y Tristán Tzara, en los que se percibe la profunda admiración que sentían figuras claves de las vanguardias artísticas hacia su obra.

Bueno es recordar que los cuadros de esta exposición, conservados excelentemente por Juan Castillo, un familiar de Lam, son obras de las que el autor nunca quiso separarse. Por tanto, al ser vertebradas dentro de un proyecto expositivo de las características cronológicas de Cartografía íntima, iluminan una zona poco conocida del autor de La jungla (1942) y aportan nuevas dimensiones interpretativas de su obra.