Un negrito flaco de unos diez años de edad acerca la nariz y huele, como en embeleso, la figura moldeada con mantequilla. Antes y después otros niños, en grupos numerosos, asediaron con similar complacencia varias acciones plásticas para cuyo montaje habían sido utilizados materiales como chocolate, caramelos o manteca pastelera. De esta forma, con espectadores gozosos por la oportunidad de ejercitar los sentidos del olfato y del gusto, se apuntalaba el éxito del Primer Festival Nacional de Escultura Efímera, celebrado recientemente en La Habana.

L' Hiver (Giuseppe Arcimboldo).

Cierto es que ha sido puesto en entredicho el pretendido carácter desechable de muchas de las piezas exhibidas. Pero los organizadores no deben lamentarlo, ya que gracias a su iniciativa decenas de niños habaneros lograron ver de cerca, oler y saborear por vez primera la materia prima de un arte que al menos para ellos poco tendrá de efímero, en tanto llegó para quedarse dentro de su memoria inocente.

Por lo demás, tampoco debe extrañar a los patrocinadores del evento el pobre entusiasmo con que éste fue recibido por el público adulto. Es que aquí la expresión "arte efímero" asusta, en el peor de los casos; y en el mejor, no constituye novedad luego de la huella dejada en nuestra historia por tantos consejos nacionales de educación y cultura, tantas palabras a los intelectuales, tantos decenios grises y realismos socialistas, entre otros etcéteras de insoportable levedad.

Habría sido oportuna una previa campaña de promoción para explicarle a la gente que no se trataba de un nuevo intento de vender al por mayor la poesía de Pablo Armando Fernández, sino que esta vez las muestras de arte efímero respondían ciertamente a esa moda que practican ahora algunos artistas de moda para enfrentar la moda del comercialismo en el arte.

El medio idóneo para difundir los detalles de un proyecto tan revolucionario y con tan claros propósitos de enriquecer nuestra cultura hubiera sido, sin dudas, el canal educativo de la televisión, ese que se dedica a pasar documentales sustraídos de los canales de la televisión foránea para enfrentar con eficacia las malas influencias que el comercialismo impone a la televisión foránea.