El cuerpo de la Guarachera de Cuba, Celia Cruz, fue sepultado el martes en Nueva York tras recibir honores de reina y los últimos aplausos de decenas de miles de admiradores que paralizaron el centro de Manhattan.

Recorrido del féretro de Celia Cruz por la Quinta Avenida de Nueva York.

El féretro donde yacía la artista salió alrededor de la una de la tarde de la funeraria Frank. E. Campbell, donde fue velada el lunes y primeras horas del martes, y llegó en un carruaje blanco tirado por caballos a la catedral de St Patrick, donde se ofició una misa de cuerpo presente.

A lo largo del trayecto de 30 cuadras hasta la iglesia el cortejo fúnebre fue seguido por una multitud que se agolpó en las aceras agitando banderas latinoamericanas, carteles, pañuelos, aplaudiendo y lanzándole flores bajo una lluvia pertinaz y en ocasiones intensa.

La comitiva estaba precedida por un auto blanco con la bandera cubana y una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, que fue trasladada desde la ermita dedicada a ella en Miami.

Le seguía el carruaje guiado por caballos blancos, con paneles de cristal que dejaban ver el ataúd de bronce envuelto en la bandera. El techo estaba completamente cubierto por un manto de rosas blancas, las preferidas de la artista, así como lirios y orquídeas.

"Siempre vivirás, siempre estarás. ¡Sabor a ti, azúcar Celia Cruz!", decía uno de los carteles que saludaron el paso del féretro. "El cielo está llorando y Celia está cantando", coreó la multitud cuando los restos de la artista pasaban por la Quinta Avenida, en medio de un torrencial aguacero.

Un total de15 limosinas formaron el cortejo, en el que iban familiares y amigos. Al llegar a la histórica catedral de St Patrick (San Patricio), en el centro de la Gran Manzana, la multitud hizo silencio, mientras el ataúd era transportado al interior de la iglesia.

La majestuosa catedral gótica, inaugurada en 1879, se reserva para honores a grandes personalidades. Aunque tiene capacidad para 2.200 personas en su interior sólo se permitió la entrada de unas 1.200 para la misa en memoria de Celia Cruz, quien murió el miércoles a los 78 años, víctima de cáncer.

Dos horas antes del fallecimiento el pasado miércoles en su hogar de Fort Lee, Nueva Jersey, Celia Cruz recibió los santos sacramentos y la bendición del Papa Juan Pablo II.

La misa de St Patrick fue oficiada en español por el obispo auxiliar de Nueva York, Iosu Iriondo, y otros sacerdotes católicos, entre ellos Alberto Cutié, quien presidió la misa de despedida de Miami, el sábado.

El féretro fue colocado ante el altar del templo neoyorquino, junto a una bandera cubana y la réplica de la Virgen de la Caridad del Cobre.

En la ofrenda de la hostia y el vino intervino el actor español Antonio Banderas, el músico cubano Paquito D'Rivera y los cantantes Jon Secada y Rubén Blades.

Entre los ilustres asistentes se encontraba el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg.

La diva del soul Pati LaBelle, amiga de Celia, entonó un hermoso Ave María. El salsero puertorriqueño Víctor Manuel logró el momento culminante de la ceremonia, al cantar a capella, con los ojos cerrados, La vida es un carnaval, canción que popularizara la Guarachera de Cuba, y quien le pidió en su lecho de muerte esa interpretación.