La salida al exilio del destituido presidente Lucio Gutiérrez parece cerrar un capítulo, pero sin poner fin a la crisis política de Ecuador, donde el nuevo gobierno enfrenta serios desafíos, incluso bajo el recelo de la Organización de Estados Americanos (OEA), respecto a la legalidad de su instalación.

El ex presidente de Ecuador Lucio Gutiérrez llega a su exilio brasileño.

Las reacciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y del mandatario vitalicio cubano, Fidel Castro, muestran que Gutiérrez no era apreciado por las fuerzas de la "nueva izquierda bolivariana". En realidad, desde noviembre pasado, en una universidad venezolana, Chávez había acusado a los presidentes de Ecuador, Bolivia y Perú de no abrazar con entusiasmo los ideales que él encarna.

Gutiérrez fue destituido por el Congreso acusado de ''abandono del poder", tras masivas protestas callejeras en Quito que se extendieron durante una semana. Fue reemplazado por el vicepresidente, Alfredo Palacio.

La OEA acordó enviar una misión a este país, presidida por Luigi Einaudi, embajador de Estados Unidos ante el organismo. También la Comunidad Sudamericana de Naciones y el Grupo de Río, representando a todo el continente, han expresado su preocupación por la nueva institucionalidad ecuatoriana.

El país tampoco cuenta con magistrados en la Corte Suprema, cesados por el depuesto presidente Gutiérrez el 15 de abril, en uno de sus últimos intentos por forzar al Congreso a dar una salida a la crisis institucional, que se venía gestando en el país desde finales de 2004.

Palacio, sin militancia partidista, asumió el poder basado en la sucesión establecida por la Constitución y con el respaldo de las Fuerzas Armadas, que, cuando arreciaban las protestas, desconocieron el mando de Gutiérrez.

'El caballerito Gutiérrez'

Casi de inmediato, Fidel Castro afirmó que la destitución del mandatario ecuatoriano era previsible, tras perder el apoyo de grupos indígenas que lo habían llevado al poder en 2003, y le acusó de haber "estrechado filas con el imperio" estadounidense.

"Tenía la total convicción de que el caballerito (Gutiérrez) no duraría mucho (en el poder)", dijo Castro en una de sus peroratas diarias, donde analizó la crisis política desatada en el país sudamericano, la cual calificó "de muy confusa".

Castro comentó que Gutiérrez "quiso como parecerse a Chávez" y asumió a comienzos de su mandato "una posición progresista" que le valió el apoyo de la comunidad indígena, el partido indígena y las fuerzas de izquierda de su país.