La III Conferencia La Nación y la Emigración, que reunió en La Habana durante tres días a miembros del gobierno de Fidel Castro y a cubanos residentes en el exterior escogidos por La Habana, concluyó este domingo, informó la AFP.

El canciller Felipe Pérez Roque dijo que el evento fue "un éxito rotundo". Participaron en él más de 500 cubanos que viven en 49 países, en su mayoría de Estados Unidos, dijeron los organizadores.

"Los debates se dieron en un marco de diversidad, pero con respeto, y en lo que todos coincidimos es que el principal obstáculo para avanzar en nuestro relacionamiento lo constituye el bloqueo" estadounidense a Cuba, afirmó Pérez Roque.

En la primera jornada del evento, La Habana restituyó la ciudadanía a siete ex miembros de la Brigada 2506, que en abril de 1961 desembarcó por Bahía de Cochinos en un intento armado para derrocar a Castro.

El Consejo de Estado de Cuba consideró que esas personas "han mantenido una conducta dirigida a la defensa y la integridad territorial del país" y han trabajado por el acercamiento y el diálogo.

Luis Torres García, Antonio Zamora, José Luis Hernández Vázquez, Luis Baldrich Lara, Roberto Carballo Díaz y Mario Cabello González, recibieron una copia del acuerdo y su pasaporte cubano, que también se extendió en ausencia a Alfredo González Durán.

Durante la III Conferencia las autoridades cubanas anunciaron además que concederán becas universitarias gratuitas a hijos de cubanos residentes en el exterior y crearán cursos de verano de idioma español, historia y cultura de la Isla para los descendientes de emigrados, entre otras medidas.

La nota diferente en la reunión la puso el líder de Cambio Cubano, Eloy Gutiérrez Menoyo, un ex comandante de la revolución que pasó 22 años en la cárcel acusado de traición y que reside ilegalmente en la Isla desde hace ocho meses, aunque las autoridades no le han obligado a marcharse.

Gutiérrez Menoyo participó en el encuentro invitado por el gobierno, y leyó un discurso en el cual señaló: "no hemos avanzado lo suficiente", y se preguntó: "¿qué ofrece de constructivo al país ese tipo de comportamiento autoritario e inmovilista, sobre todo de cara al futuro?", en una referencia al sistema unipartidista vigente en Cuba.

Sus palabras no tuvieron buena acogida entre los asistentes, que en su mayoría se mostraron como fervientes partidarios del proceso revolucionario en Cuba y terminaron el encuentro ovacionando a Fidel Castro y coreando consignas contra la administración el gobierno estadounidense.

Pérez Roque dijo que ese comportamiento era un "reflejo del sentimiento de respeto y admiración" que los cubanos, incluyendo a los emigrados, tenían hacia Castro por "su consecuencia en la defensa de sus ideales".

Alrededor de 1,5 millones de cubanos viven fuera la Isla. De ellos, 1,3 millones residen en Estados Unidos, según las cifras oficiales.