Cuba y Colombia son "un infierno para los periodistas", es el mensaje que ha enviado Reporteros Sin Fronteras (RSF) a los jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán el viernes y el sábado en San José, Costa Rica, para participar en la XIV Cumbre Iberoamericana.

La organización pidió a los asistentes a la Cumbre que intervengan ante La Habana "en favor de la libertad de los 26 periodistas encarcelados" en 2003. También, "que insistan con el presidente colombiano, Álvaro Uribe, para que considere una prioridad la lucha contra la impunidad de los asesinos de periodistas".

Según RSF, "desde la anterior Cumbre Iberoamericana de Santa Cruz, Bolivia (…) en los 21 Estados miembros de la comunidad iberoamericana han matado a 11 periodistas, detenido a 24 y agredido o amenazado a otros 336. Por otra parte, hay 26 periodistas encarcelados. Todos ellos en Cuba, donde el poder de Fidel Castro mantiene el monopolio de la información".

RSF recordó que en su última clasificación mundial de la libertad de prensa "Cuba ocupa la penúltima posición (166) delante de Corea del Norte, mientras que Colombia figura en el puesto 134".

"En Cuba es criminal, por definición, cualquier expresión crítica en relación con Fidel Castro". Los periodistas encarcelados en la "primavera negra" de 2003, junto con cerca de medio centenar de disidentes, "han sido acusados de 'actos contra la independencia del Estado' y condenados a penas que van de 14 a 27 años de cárcel".

"En los procesos, se presentaron como cuerpos del delito algunas máquinas de escribir y estilográficas incautadas en sus domicilios. Sus condenas vinieron a reforzar un poco más el monopolio informativo del Estado. También provocaron fuertes protestas internacionales. A finales de junio de 2004, dos de ellos salieron en libertad. Sin embargo, Cuba continúa siendo una de las mayores cárceles del mundo para los periodistas (detrás de China)", afirma RSF en su mensaje.

En Colombia "existe un pluralismo informativo real. Pero los periodistas lo pagan con su vida. A dos de ellos les han matado después de la anterior Cumbre Iberoamericana", dice la organización.

"Denunciar las exacciones de los grupos armados —paramilitares y guerrillas— y la corrupción de los cargos políticos sigue siendo un oficio peligroso, mucho más que en cualquier otro lugar del continente. La muerte de Oscar Polanco, al que mataron el 4 de febrero de 2004 tras denunciar las presuntas relaciones entre un político y los narcotraficantes, es un ejemplo del ambiente cada vez más complejo en que se mueven los periodistas.

De acuerdo con RSF "frecuentemente se alían políticos corruptos, grupos armados y traficantes de droga, para reducirles al silencio. Por otra parte, desde la llegada al poder de Álvaro Uribe, tienen que hacer frente a un recrudecimiento de obstáculos a su trabajo, de parte de las fuerzas del orden".

La organización se refiere también en su mensaje a la situación de los profesionales de la información y de la libertad de prensa en otros lugares de Latinoamérica.

"En México, Perú y, en menor medida, Brasil, subsiste una libertad de prensa a dos velocidades", dice.

"En estos grandes países, junto a una prensa nacional relativamente preservada, algunos medios de comunicación locales tienen que enfrentarse a grandes dificultades. En los tres Estados han muerto periodistas en las provincias, víctimas del crimen organizado o de políticos locales", agrega.

En Argentina "no se han producido muertes, pero los periodistas de las regiones son víctimas del acoso judicial y de la instrumentación que las autoridades locales hacen de la publicidad pública".

En el caso de Venezuela, han disminuido, con respecto a 2003, "los atentados, amenazas y agresiones sufridos por periodistas y redacciones críticas con el presidente Hugo Chávez", pero las represalias siguen siendo numerosas.

"La ley de 'responsabilidad social' de los medios audiovisuales, actualmente en discusión, es también una fuente de preocupaciones. Sin embargo, la tensión ha disminuido desde que el referéndum del 15 de agosto confirmó al jefe del Estado en sus funciones".

Para RSF, "el asesinato de periodistas y colaboradores de los medios de comunicación en Ecuador, Nicaragua y República Dominicana, país en que tradicionalmente la prensa suele quedar al margen de la violencia, ha servido para recordar que en varios Estados la situación es todavía frágil".

Esta advertencia "se aplica también a España, donde una decena de periodistas se han visto amenazados por la organización terrorista ETA".