AFP/ La Habana. Una eventual condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU no implicará un fortalecimiento de la disidencia ni logrará cambiar el modelo socialista que rige en la Isla, sostuvo el lunes el opositor Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).

"Lamentablemente las decisiones de la ONU, así como la de otras organizaciones defensoras de los derechos humanos respecto a la situación en Cuba, no han servido de gran cosa" en los últimos años.

Santacruz precisó que las condenas al régimen cubano en foros internacionales "sólo sirven de apoyo moral y de reconocimiento humano a los pacíficos esfuerzos que realizan los activistas internos" en busca de una apertura democrática en la Isla, pero carecen de efectos prácticos.

"El gobierno de Cuba no tiene en cuenta la conciencia internacional ni los llamamientos que se le hagan, provengan de donde provengan".

Un grupo de países encabezado por Estados Unidos y algunas naciones europeas, intentan actualmente en Ginebra endurecer una propuesta de resolución sobre Cuba, patrocinada por Costa Rica, Uruguay, Perú y Nicaragua, y aprobar una condena expresa a la oleada represiva que desató el gobierno de Castro en las últimas semanas.

El proyecto de resolución inicial solicita a La Habana recibir la visita de la representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Christine Chanet, pero no incluye condena alguna al gobierno de Fidel Castro.

La Habana se ha negado a recibir a la diplomática alegando que su nombramiento fue adoptado tras presiones de Washington.

"Personalmente, ni espero ni deseo" una dura condena al régimen de Castro, dijo Sánchez Santacruz.

La evaluación del caso cubano en Ginebra se realiza apenas unas semanas después de que las autoridades cubanas enviaran a prisión, tras juicios sumarios, a 75 opositores en la peor ola de represión contra la disidencia que ha visto la Isla en décadas. Las penas dictadas por los tribunales del gobierno van de los seis a los 28 años de cárcel.

La tensa situación se agudizó el viernes pasado, cuando fueron ejecutados tres secuestradores de una lancha de pasajeros. Los fusilamientos rompieron una moratoria de casi tres años en la aplicación de la pena de muerte en Cuba.

Sánchez Santacruz calificó estos hechos como "un error político" de Castro, quien "no midió las consecuencias que estos episodios tendrían" a nivel internacional y el repudio que se ha desatado en el mundo.

Sin embargo, consideró que en Ginebra "es más razonable y pragmático emplear el método de pedir lo mínimo posible al gobierno cubano", para evitar que adopte "un rechazo tajante" a cualquier resolución en su contra.