España quiere que la Unión Europea (UE) reflexione sobre las sanciones diplomáticas impuestas a Cuba en junio de 2003 y en "ningún momento" ha planteado revisar la exigencia de la UE al régimen cubano de avanzar hacia una transición democrática, recogida en la Posición Común, dijo este lunes una fuente diplomática española, informó la AFP.
Este martes la UE revisa en Bruselas las sanciones diplomáticas que adoptó el año pasado para protestar por el encarcelamiento de 75 disidentes.
"En ningún momento ha planteado España la revisión de la Posición Común", aseguró la fuente, que atribuyó a un "malentendido" el hecho de que se hayan publicado "informaciones erróneas" en ese sentido.
La UE acordó la Posición Común hacia Cuba en 1996. Con ella reclama al gobierno de Fidel Castro una transición hacia la democracia y respeto a los derechos humanos.
"Lo que España quiere cambiar es esa decisión de invitar a los disidentes a las fiestas nacionales (en las embajadas europeas en Cuba)", afirmó el pasado miércoles el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
La democratización del régimen y la mejora de los derechos humanos se alcanzará mediante "el diálogo con las autoridades cubanas", añadió entonces el canciller español.
El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que asumió el poder en abril pasado, busca flexibilizar las sanciones a La Habana porque esas medidas "cortaron" el diálogo con el gobierno cubano, indicó la fuente diplomática consultada.
España "pretende recuperar la interlocución con las autoridades cubanas", puntualizó la fuente. "Tampoco tiene demasiado sentido" que esas sanciones "se apliquen exclusivamente a Cuba por parte de la UE", agregó.
El Ejecutivo español "en ningún momento pretende cortar la relación con los disidentes", dijo la fuente, antes de explicar que lo que se busca desde Madrid es "sustituir esa invitación a las fiestas nacionales a los disidentes por otra forma de relación que tenga más contenido político e incluso (sea) más frecuente", explicó.
Moratinos manifestó la misma idea el lunes en Santiago de Chile, donde se encuentra de visita, informó Europa Press.
El canciller dijo que el gobierno español no pretende marginar a la disidencia, sino establecer una relación que no esté basada en invitaciones a cócteles y recepciones, y sí en contactos más políticos y continuados, así como en posibles invitaciones para que dirigentes de la oposición interna viajen a Europa.
"Yo pregunto, ¿la embajada de Chile invita a los disidentes? ¿Brasil invita a los disidentes? ¿México invita a los disidentes? ¿La Santa Sede invita a los disidentes? Entonces, ¿Chile, Brasil, México y la Santa Sede no se preocupan de los disidentes? ¿Y el embajador, para qué está? Para hablar con todo el mundo. Eso es lo que quiere el gobierno español", dijo Moratinos. |